Por fin. En Knaresborough me topo con una boda británica de las de verdad. Solo teneis que fijaros en las fotos. Las damas de honor llevaban vestidos vintage en un rosa pastel delicado y romántico. Ellos con el clásico chaqué. El coche no podía desentonar y el conductor llevaba una chaqueta color camel que hacía juego con color del coche.
Esperé un rato a que llegara Hugh Grant que no se pierde una, pero me dijeron que hoy iba directamente al banquete. Así que dejé St Joseph Church a mis espaldas y me fui al centro de la city. Como aquí se apuesta todo, me la juego a que el ramo lo pillo la del medio, que la veía yo muy nerviosa.
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